El rocío

Al despertar esa mañana
no podía creer lo ocurrido.
Pareciera un sueño, o quizá…
Un pasatiempo del destino.
Sentí la humedad, el frío
y hasta un leve zumbido…
Mi cabeza embotada trataba
de asimilar lo acontecido.

¿Fuiste tú, esa persona
que se metió en mis latidos?
Me quedé sin aliento
después de ese beso mudo.
Por más que lo piense,
de otro modo no pudo haber sido…
Porque yo sigo aquí
y tú; ya te has ido.