El rocío

Al despertar esa mañana
no podía creer lo ocurrido.
Pareciera un sueño, o quizá…
Un pasatiempo del destino.
Sentí la humedad, el frío
y hasta un leve zumbido…
Mi cabeza embotada trataba
de asimilar lo acontecido.

¿Fuiste tú, esa persona
que se metió en mis latidos?
Me quedé sin aliento
después de ese beso mudo.
Por más que lo piense,
de otro modo no pudo haber sido…
Porque yo sigo aquí
y tú; ya te has ido.

Un nuevo suspiro de aire fresco

De forma sutil he reconocido otra nueva entidad en esa persona.

Quizá es la emoción de un nuevo conocimiento, quizá lo idóneo del momento.

Qué absurdez de expectativa malsana; que elimina con total obscenidad cualquier síntoma de creencia orgánica de lo que bien pudiera ser, en realidad, un vínculo completamente natural y genuinamente puro…

No lo contemplaría como una decepción, ni tampoco como algo premeditado. Si no; tal vez, como suceso irremediablemente caprichoso.

Pero así y todo, ya sabiendo que escapa de cualquier fuerza racional de control. Existe otra fuerza diametralmente opuesta y de igual magnitud, que opera de tal forma que me obliga a indagar hasta el final… ¿hasta dónde seré capaz de llegar?

Lo que llevo dentro

Todavía siento un dolor remanente en el corazón.
Aunque por defecto el corazón se me haya roto hace tiempo
(y a raíz de eso la mente también), tengo miedo
de conocer algo que me pueda hacer sentir como aquella vez…
La decepción ha dejado huella y ha hecho mella en mí,
de alguna forma. No sé como alguien se recupera de eso,
pero ya no me creo nada; ahí queda…
Es una cicatriz algo amarga que desde luego me enseña
por dónde no debería ir pero que tampoco tengo claro
si me esta dejando avanzar, chi lo sa U_U